
SEMANA SANTA DE ECIJA
Hermandad de la Sangre
Historia
El día 29 de enero de 1567, el escultor sevillano Gaspar del Águila suscribía un contrato con Alonso de Orejuela, vecino de Écija, para tallar un crucifijo con destino al convento de San Agustín de dicha ciudad. Poco después, en 1571, fray Pedro Clavijo, prior del convento, y fray Atanasio de Lasarte, considerando la existencia de suficiente número de devotos de la Imagen, celebran cabildo y se constituye la primera Junta de Gobierno de una nueva hermandad, que adopta las constituciones de la hermandad del Santísimo Crucifijo del monasterio de San Agustín de Sevilla, ordenadas en 1527.
Comenzaba así la andadura de esta hermandad ecijana que, en el preámbulo de su Regla se autodenomina “hermandad del Sanctísimo Crucifijo y Sangre de Nuestro Se ñor Iesuchristo”. La sangre de Cristo es continuamente invocada a lo largo de todo el documento normativo, aludiendo a las siete veces en que fue derramada por el Hijo de Dios para la redención de los pecados.
Desde su fundación en 1571, la hermandad continuó establecida en la iglesia del convento de San Agustín, en la que poseía su propia capilla.
Abierta en el muro de la Epístola del templo conventual, en ella recibía culto el Cristo de la Sangre y sus paredes estaban adornadas con diversas pinturas que representaban a San Nicolás de Tolentino, San Francisco de Asís y los Desposorios de Nuestra Señora.
Durante el primer tercio del siglo XIX la hermandad del Cristo de la Sangre sufrió las consecuencias de los acontecimientos políticos que acarrearon el cierre en varias ocasiones del convento de San Agustín, primeras desamortizaciones e invasión francesa.
A partir de 1835, tras la definitiva exclaustración de los religiosos, el convento fue vendido a particulares y demolido en su totalidad. Únicamente se conservaron la iglesia y sacristía anexa, bajo jurisdicción ordinaria, al servicio y cuidado de la hermandad del Cristo de la Sangre.
En noviembre de 1849 se produjo un derrumbe parcial de la fachada y cubierta del templo de San Agustín. La ruina era irreversible. En junio de 1858 la hermandad trasladó el altar mayor de la iglesia del exconvento de San Agustín a la parroquia mayor de Santa Cruz, así como sus imágenes, pasos y enseres, dando por concluida su estancia de casi trescientos años en el cenobio agustino.
Ntra. Sra. de los Dolores. A partir de 1858 la hermandad del Cristo de la Sangre inaugura una nueva etapa de su historia, con sede canónica en la parroquia mayor de Santa Cruz, que se prolonga hasta nuestros días, en la que no ha dejado de acrecentarse el culto y el fervor hacia sus sagrados Titulares. Es durante nuestra centuria cuando aparecen los primeros testimonios de la especial devoción del barrio gitano de Écija hacia el Cristo de la Sangre, especialmente en su desfile procesional por las calles Zamorano y Cruz Verde (actual Avenida de los Emigrantes).
Fuente: Consejo Hermandades Ecija.
Santísimo Cristo de la Sangre
Fotografía: astigipasionyglorias.blogspot.com
Procesiona el Jueves Santo. La imagen del Santísimo Cristo de la Sangre (Gaspar del Águila, 1567), nace bajo la premisa de los hermanos agustinos de que fuera inspirado en la que fue la mayor devoción histórica de la ciudad de Sevilla, como fue el Santo Crucifijo de San Agustín. Se trata de una imagen depurada y elegante en sus formas, que aun siendo basada en la imagen del Santo Crucifijo de Sevilla, Gaspar del Águila supo dotarla de independencia estética.
El Santísimo Cristo de la sangre cuenta con un exquisito y naturalista canon de semblanzas renacentistas. Este gira su torso de una forma sutil hacia su derecha, con una caída de la cabeza hacia abajo y mismo lado. El conjunto de la imagen adquiere una dócil curvatura en “S” lo que dota a la efigie de dinamismo.
Si hablamos del cuerpo, hemos de decir, que es natural y cercano, de exquisita belleza, pleno de masculinidad provocando una sensación de realismo y elegancia. Respecto a su rostro, se nos muestra como cercano, como si estuviera descansando tras los martirios y agonías sufridas en su pasión. El sufrimiento y la fatiga reflejada en la boca hace que la tenga levemente abierta, permitiéndonos visualizar los dientes superiores.
La imagen incorpora una corona de espinas en forma de “ochos” engarzados (habitual en la época) la cual se llega a integrar en el recorrido de la cabellera dando una sensación que ambas se unen. La imagen cuenta con una barba dividida la cual aporta personalidad, ambos mechones tienen forma punteada.
El sudario formado por una pieza de tela única que forma el paño de pureza, se anuda a sí mismo en la cadera derecha sin dejar moña. Este se abre dejándonos ver la anatomía de la imagen. Aunque el paño es de notable longitud, este no llega a tapar las rodillas. En el sudario podemos encontrar diseños en forma de medallones los cuales tienen una policromía en tonos carmesíes que en ningún momento pasan a ser llamativos, los cuales, hermanándose junto a los largos y poco movidos bucles del sudario pasa a integrarse en el conjunto de elegancia y serenidad de la que está formada la imagen del Santísimo Cristo de la Sangre.
Podemos encontrar una flexión lateral en la pierna derecha, apuntando la rodilla también hacia la derecha, dando como resultado una desalineación respecto a la cadera. El pie derecho se encuentra situado sobre el pie izquierdo y ambos están atravesados por un mismo clavo.
Procesiona en paso barroco diseñado por el ecijano José Belmonte, talla de Antonio Martín y Antonio Díaz como dorador (ambos de Sevilla). En las esquinas lleva candelabros de guardabrisas y evangelistas de Ricardo Comas.
Nuestra Señora de los Dolores
Fotografía: Turismoecija.com.
Procesiona el Jueves Santo. En el año 1853 se incorpora la imagen de María Santísima en la advocación de los Dolores, cuyo autor fue el cordobés Antonio Poz. Imagen de estilo barroco, de carácter ecijano, la cual para su paso de salida, carecía de palio portando ráfaga de plata en lugar de corona y portándose a hombro. Con el paso del tiempo ha terminado adquiriendo el estilo sevillano, procesionando a día de hoy bajo palio y portada a costal.
Tenemos que mencionar que Nuestra señora de los Dolores es una imagen de las llamadas de candelero, vestida con ropajes sobrepuestos.
La orfebrería del paso de palio es obra de Villareal. Los bordados sobre terciopelo granate en el palio y morado en el manto están enriquecidos con bordados del siglo XVIII. En el frontal imagen de San Agustín en plata de ley donado por la cuadrilla de hermanos costaleros.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.